Apenas tenía 30 años cuando se pegó un tiro en la parte de atrás de su coche. Antes de morir en 1936,  a Robert E. Howard le dio tiempo de poner los cimientos del género de espada y brujería con una veintena de historias del cimmerio Conan. La sombra del bárbaro y de otras de sus famosas creaciones, como Solomon Kane o Red Sonja, es alargada, pero de la mente del escritor texano salieron  decenas de novelas y relatos pulp de la más variada temática. Entre ellas, un puñado clasificados como ‘Weird West’, mezcla entre los géneros  del ‘western’ y del horror, donde se inscribe ‘Pigeons from Hell‘, considerada su mejor incursión en el terror.  Dibbuks ha publicado en España la última y magnífica puesta en viñetas de este relato.

La literatura de Robert E.  Howard es carne de tebeo. Tanto que una misma historia puede haber sido objeto de varias adaptaciones. Es el caso de ‘Pigeons from Hell‘, que fue llevada al cómic en 1988, cuando se cumplían 50 años de la publicación póstuma del original, y que en 2008, con la excusa de otro aniversario, volvió adaptarse en una mini-serie de cuatro comic books editada en Estados Unidos por Dark Horse, que es la que ahora nos ocupa.  Los encargados de actualizar el relato son el escritor texano Joe R. Lansdale, profundo admirador de la obra de su paisano Howard, y el dibujante Nathan Fox, en el que fue en la práctica su debut en el cómic.

Pigeons from Hell‘ es un relato puramente sureño. Una mansión destartalada en Lousiana, que fuera centro de una plantación esclavista, lleva años a la espera de que sus herederas la reclamen. Por fin llega ese día, cuando las hermanas Janet y Claire deciden hacer una escapada junto a sus amigos para conocer la herencia que les dejó su abuela. Extrañas historias rodean a la casa, y la presencia de centenares de palomas muertas acumuladas en el desván no ayudan a disiparlas. Para mayor gafe, uno de los chicos que las acompaña se cae por las escaleras y resulta herido, por lo que el grupo se ve obligado a pasar la noche bajo ese terrorífico techo. Las almas atormentadas que habitaron esa morada van a reclamar la sangre de los huéspedes…

Así arranca esta historia de fantasmas y vudú, que atrapa desde su inicio y que va ganando en interés conforme se suman al relato  los carismáticos personajes del sheriff del lugar y el viejo brujo. Más allá de la absorbente trama, la gran fuerza de este tebeo reside en su capacidad para crear atmósferas claustrofóbicas y situaciones desasosegantes. El tebeo respira terror en sus primeras páginas; un sortilegio que queda en cierta medida roto cuando se desvela el origen del misterio, algo que, por otra parte, añade otra dimensión y hace avanzar al relato.

A todo ello contribuye el dibujo de Nathan Fox, un gran trabajo para tratarse de su primera incursión en el comic book. Al dramatismo del que dota las escenas, se suma su excepcional trabajo a la hora de recrear la mansión hechizada, auténtica protagonista del tebeo. Está bien acompañado por el color de Dave Stewart, un tanto estridente en apariencia para una historia de este corte, pero que encaja bien y logra transmitir la atmósfera que rodea a cada situación.

Pigeons from Hell‘ es un excelente tebeo que cumple su objetivo: da miedo. De verdad. Eso es algo que se puede decir de muy pocos cómics de, supuestamente, terror.